Cuando no estamos aquí, ¿dónde estamos? Seguro no en el mismo sitio, pero sí en el mismo espacio. Porque creo que somos un espacio en el espacio, uno cada vez más lleno y con menos espacio entre uno y otro. Es por eso que el espacio en uno debe crecer para, de esta manera, tener dónde refugiarnos cuando el espacio se acabe. Despacio, despacito, un paso al espacio. Uno a la vez.
Últimamente me ha dado por llegar a casa, agarrar lo que tenga que agarrar (libro, computadora, celular, gato...) y sentarme en el piso. Teniendo todas las comodidades del mundo moderno en cuanto al cuidado del trasero se refiere, el suelo es la opción. ¿Por qué? Analicemos el caso por medio de pros y contras: Pros Tu trasero, y en general cualquier parte del cuerpo, dificilmente deformará la superficie de concreto cubierta por laminado vinílico imitación madera. Una vez estando en el suelo es difícil que algo se caiga, seas tú o lo que tengas en las manos (incluído el gato). En caso de que algo sí caiga, dicha caída (de 15 a 20 centímetros) no afectará de manera considerable al elemento en cuestión. Ya estando abajo, lo único que queda es ir hacia arriba. Contras Por lo general, el suelo es frío. Es probable que haya pelusas, tierra y demás elementos causados por las inclemencias del tiempo (clima) y por las otras inclemencias del otro tiempo (hace dos semanas que
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