Salva tu alma... y toma Coca-Cola.

(Ó de como el consumismo adoptó el modelo corporativo mas lucrativo de la historia y de como la monarquía lo abandonó.)

Pues bien si la película ¿Y tu cuanto cuestas? no es la mejor producción que ha salido de México en años recientes, si trata temas que se deben considerar de importancia para nuestra historia como mexicanos en la era de la modernidad, claro que tratado de una manera totalmente intelectualoide para el consumo masivo pero sin llegar al grado de pretención que puede tener una "película" como ¿Y tu que &!#@ sabes? que no es mas que una mezcla de un documental del Discovery Channel y un mal disco de Yanni (wuuuu el New Ageeeee, con énfasis en New jajaja).
Partiendo de lo anterior es mi sentir que nos quedamos cortos en términos de cuestionar mas allá de lo que nos afecta directamente ó por lo menos de lo que se percibe como tal, es decir, los problemas que nos aquejan van mas allá de los hechos recientes y de lo que consideramos como una amenaza directa que puede ser desde la relacion de los poderes, la economía, creencias individuales (incluida la religión) y las costumbres. Claro que es y será una utopía esperar que las diferencias entre seres humanos fueran exclusivamente las referentes a la individualidad basados en los llamados valores universales y asi no tener que lidiar con desigualdades tan drásticas que por desgracia llevan a la discriminación que se ha vuelto de lo más común, tanto que ha sido adoptada como una manera de segmentar poblaciones y fijar estándares de vida. Entonces ¿nunca llegaremos a ser iguales? yo no lo se, pero al parecer las corporaciones que sobreviven gracias al consumo de sus productos por las poblaciones del mundo creen de manera ferviente que efectivamente no lo somos... a menos que consumas su producto, entonces podemos llegar a ser iguales aunque sea por un momento. Esto no es un fenómeno moderno y de hecho es tan viejo como el cristianismo que a lo largo de su existencia ha derivado en diferentes ramas entre las cuales existen muchas similitudes, todas reconocen a Jesús de Nazaret como su fundador, todas creen en un dios, todas crecen y se expanden a expensas de sus fieles parroquianos y todas prometen que pueden llevarte al cielo en donde todos son/serán iguales y encontrarás la paz eterna ó al menos tu alma lo hará cuando mueras ó cuando el fin del mundo llegue ó las dos cosas. ¿Y como nos hemos ganado tal derecho? pues porque somos seres supremos, divinos, hijos de Adán y Eva, somos (en el estricto mas mocho de la palabra) todo un milagro y como tal tenemos poderes sobre todas las cosas a nuestro alcance, poder que crece y que desde su comienzo genera condiciones de desigualdad, desigualdad que será borrada si rezas como buen Cristiano, si comulgas, si te percinas, si te confiesas todos los domingos, si das diezmo para que el poder que te salvará siga creciendo, si tomas Coca-Cola, porque tomando refresco se unen las familias y olvidan sus problemas, por un momento nos llevamos bien y somos iguales, porque gracias al refresco tomo lo bueno de la vida y soy una mejor persona, me siento contento, satisfecho, aspiro a ser algo mas, me da valor para hacer las cosas como hablarle a la chava en el camión... y no solo yo, tu también puedes hacerlo... si das unos pesitos para acá te compras tu Coquita y te sientes bien, si das otros pesitos para allá pagas el diezmo y te sientes bien, ¿o no?. Todo lo que consumimos es aspiracional y se vende de la misma manera, te vendad hamburguesas dejándote flyers en tu puerta o te vendan religión dejándote un Atalaya en tu puerta, el chiste es ofrecer algo que te dará ese extra, mas pelo, mas felicidad, vida eterna.
Claro que desde siempre ha habido vendedores que por concretar una venta y por consecuencia recibir remuneración de algún tipo te prometen cualquier cosa pero nadie ha sabido capitalizarlo de la manera que ha hecho la religión, por capitalizar estamos hablando de dinero y de poder y ahi es donde las coincidencias con el corporativismo moderno se hacen presentes, ¿cuanto poder tiene la religión? tanto que la iglesia Católica tienen su propia ciudad estado, la ciudad mas urbanizada del mundo para ser exactos, que como tooodos saben se ha construido a lo largo de los siglos con el dinero de sus fieles en el mundo. Mi pregunta es, cuando nos dimos cuenta que las monarquias no eran el camino a seguir ¿porque no se pensó de la misma manera con la religión? las monarquias estan casi extintas y ya no tienen poder alguno sobre el estado en el que reciden mientras que todavía hay naciones, ciudades y pequeñas comunidades que son controladas por la religión, como la madre de la cultura corporativa la religión se sigue extendiendo cual Wal-Mart alrededor del mundo y ejerciendo presión sobre los gobiernos locales en turno.
Era de esperarse que un formato de gobierno monarquico desapareciera, no era tan obvio que esta monarquía cambiara papeles y ella sirviera ahora a la sociedad y sin embargo lo hace por medio de patrocinios, becas y programas de apoyo mientras los creyentes siguen pagando el precio de su salvación. ¿A alguien mas le parece esto tan bizarro como a mi? ¿Es acaso tan dificil para el hombre dejar de poner su fé en el cielo y aterrizarla en la tierra? Estamos tan acostumbrados que a cualquiera que se comporte de manera semejante no solo lo toleramos si no le damos poder, con tal de que me haga ver tan bien como el modelo del anuncio y asi cuando muera algún día moriré siendo guapo y jóven como todos aqui en mi nubecita. Dicen que la paz no tiene precio, que la vide no tiene precio, sin embargo aqui dejo mis 5 pesos en la canastita, nomás por si no es cierto.

Viéndolo así muchos de nuestros problemas no son recientes, y de hecho una de las ramas de la religión que supuestamente existen para salvar a la humanidad están en guerra con el pais mas "avanzado" del mundo, peleando no tanto por sus creencias si no usándolas de mero pretexto para defender el dinero que significa el petroleo que significa energía que significa poder que, aparte de sus tierras, tanto les hace falta porque lo que está de moda es ser una empresa con muchos billetes ya sea vendiendo política, religión o refresco.